15 de juliol 2009

L'edifici fantasma


La Casa Bloc és un edifici que molts coneixeu, projectat per Sert, Torres Clavé i Subirana, del GATCPAC
el 1932. No m'estendré, per tant, explicant les excel·lencies de l'edifici i el que va significar a la seva època.En acabar la guerra, però, es va construir un edifici annex a una de les barres que desvirtuava el conjunt i era una falta de respecte total a l'arquitectura avantguardista de pre-guerra. La dictadura hi va instal·lar els habitatges de la policia en un edifici destinat a obrers.

Afortunadament l'edifici fantasma, que és com es coneixia, va ser enderrocat el 2008. La intervenció obre de nou, més de 70 anys després, els jardins de la Casa Bloc a l'Avinguda de Torras i Bages. El FAD va treure dins del marc del concurs Racons Públics, la recerca d'idees per tal de rehabilitar els jardins i l'espai que ha deixat l'edifici fantasma. La nostra proposta va ser seleccionada com a finalista, juntament amb altres tres. El tribunal que decidirà el guanyador es reunirà a mitjans de 2010, un cop els 7 racons que resten sortir a concurs ja tinguin finalistes.




¿A cuánto está el kilo de humillación?


Muchas veces dudo en concepto de qué cobramos los arquitectos. La respuesta, que parece obvia, no lo es
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Voy a referirme en este artículo a un tipo de cliente, el particular, el que quiere construir su casa, reformarla o montarse una tienda. Como es obvio éstos vienen al despacho con unas ideas prefijadas respecto a la casa que quieren. De esas ideas y de las primeras reuniones se consigue saber qué es lo que necesitan. Habitualmente el proyecto final difiere mucho de la idea que tenía el cliente en un principio, pero acaba contento, pues recoge su necesidad, de la cual se ha extraído el máximo partido funcional, estético y de relación con el entorno.

Pero a veces te encuentras con un cliente no permeable. Es aquel que simplemente busca tu firma. Es el que no te escucha ni tiene en cuenta tus conocimientos. Es aquel que ignora qué tipo de profesional está contratando (él le llaman hacer unos planos). Suele ser orgullosamente idiota.

Al principio, como buen profesional, intentas rebatir con argumentos fácilmente comprensibles con tal de que en un futuro no se pueda arrepentir de las decisiones tomadas. Yo particularmente, me rompo los cuernos en hacerlo, pero llega un momento en el que este cliente dice basta, pago yo y se hace lo que yo digo. Y al día siguiente aparece en el despacho con una distribución plagada de barbaridades, con una muestra de teja de pizarra para un edificio en primera linea de mar o alguna otra estupidez por el estilo.

Nunca me ha pasado hasta ahora pero siempre hay una primera vez. Y parece ser que el momento ha llegado y está llamando a la puerta. ¿Debes dejar a un lado tu faceta de creador y sacar solamente la de ejecutor?, ¿debes limitarte a cumplir ordenes del que paga y hacer una gran mierda con tu propia connivencia, a hacer un trabajo mecánico y cobrar por ello?, ¿debes realizar un trabajo que desearías firmar con seudónimo y que ni por asomo (o solo después de horas de photoshop) pueden aparecer en tu currículo?, ¿debes cobrar por humillarte?. Quizás los honorarios en estos casos deberían ser mucho más altos.